La Maison Tropicale, diseñada por el ingeniero Jean Prouvé en el 1940 es un buen ejemplo de una arquitectura útil y repetitiva. Esta casa representa como es posible la creación de un artefacto repetible que se ajusta a climas similares sin la necesidad de grandes innovaciones. Esto surge de la idea de partir de las necesidades básicas del ser humano y luego adaptarlas a su contexto, en este caso el trópico.
El diseño funcional como partidario es lo que le da a la casa toda su esencia. Siendo fácil y rápida de construir, ensamblar y transportar, además de su versatilidad programática, ya que era libre de ser lo que se necesitase que fuese. Lo realmente interesante de este diseño es como se adaptó a lo esencial de su entorno, cumpliendo con techos a dos aguas para responder a la lluvia y su fachada en celosías para permitir el flujo constante del viento, convirtiéndose en más que una estructura que cumple con su propósito en un lugar realmente agradable de habitar.
Esta casa presenta como una visión innovadora, que surgió en respuesta a un momento complicado de la historia, la post-guerra y su necesidad de edificar, llegó a una solución sumamente práctica. La eficiencia sobre lo estético es la definición de este diseño.
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